Preparar una antología de autores (sea épocas, corrientes, lenguas, países, regiones e incluso ciudades… que de todo existen) conlleva un riesgo ineludible, por lo que de selección y consecuentes exclusiones implica. A los conocimientos y preferencias lógicas del antólogo se suman a veces limitaciones de disponibilidad (por parte de los mismos autores o las editoriales), urgencias de tiempo o escasez de espacio. De ello hay señales en la que aquí se reseña, como el propio responsable reconoce. Eso no impide que el número de antologías prolifere en todos los géneros y más de una se han convertido por derecho propio en referencias ya inevitables. Si no se publicaron con voluntad de constituirse en “canon” para el futuro –tampoco lo hace ésta–, llegarían pronto a adquirir tal carácter normativo. Por lo que a la poesía se refiere, es ya un tópico citar la de José María Castellet, Nueve novísimos poetas españoles (Barcelona, Barral, 1970). Como orientadoras para el lector, la crítica y sin duda también los creadores han sido las del extremeño José Luis García Martín, autoridad en la materia (Las voces y los ecos, 1980; La generación de los ochenta, 1988 ; Treinta años de poesía española¸ Selección natural, 1998, o La generación del 99). Para Extremadura, se reconoce la importancia que han tenido los volúmenes antológicos publicados en su día por Martín Tamayo/Moisés Cayetano (Esquina Viva), Ángel Sánchez Pascual, Manuel Simón Viola, Miguel Ángel Lama, Francisco López-Arza, Luis Sáez Delgado, Antonio Gómez o los dos autores a quienes más abajo se aludirá. Avanti se ocupa de los poetas españoles en lengua castellana nacidos entre 1939 y 1968. Nómina enorme, entre los que Luque han seleccionado catorce, siete de más edad, los que él llama «poetas de los 70» , y otros siete «Poetas de los 80». Él mismo explica la razón del curioso título : la obra tiene su origen en otras publicaciones que el estudioso ha ido sacando en Italia. Por lo demás, el Término «avanti» sugiere que los poetas elegidos siguen adelante con sus propias creaciones (exceptuando, lamentablemente, a Ángel Campos). La obra aparece en una colección que tan prometedoramente inaugurase sus fondos (1979) con Cartas a Eugenio Andrade, de Luis Cernuda. En cuanto a los criterios seguidos, Luque proclama que ha seleccionado estos autores (podrían haber sido también otros, dice) porque en sus versos se combinan de modo singular la belleza y el trasfondo humano, la eufonía y la hondura emocional, el culto de la palabra con la conciencia crítica . De todos se ofrece una semblanza antes de reproducir los poemas elegidos. El extenso apéndice final proporciona información para establecer el marco histórico-literario de la época.
No me parece irrelevante que en este selecto grupo figuren dos creadores inequívocamente extremeños (ambos han presidido la AEEX) en el apartado de los más jóvenes. La poesía de Álvaro Valverde (Plasencia, 1957) «se vertebra en la mirada y la memoria, la memoria y la mirada, los dos elementos esenciales que determinan la experiencia que impele a nuestro autor … Así, la desolación ante la soledad, la degradación y la muerte, de la que es testigo, su inclinación a la tristeza, la desesperanza y la nostalgia, de estirpe leopardiana, como le gusta resaltar, no hacen sino contrastar con el profundo sentido unitario que, de la experiencia contemplada, emana en sus composiciones», justifica Luque.
Por lo que a Ángel Campos (San Vicente de Alcántara, 1957) respecta, razona que su poesía «destaca por el extremado cuidado formal de sus composiciones. Una pulcritud que llega a herirnos por su belleza, en el deslizarse nítido y preciso de las palabras en el texto. También por su intensidad expresiva, por su concentración y densidad conceptual. Con asombro observamos como , en el extremeño, no hay concesiones a la nadería grandilocuente, que como peligro se cierne sobre este tipo de poética» .
Pablo Luque Pinilla (ed.), Avanti. Poetas españoles de entresiglos XX-XXI. Zaragoza, Olifante, 2009.
Texto fuente: Antología poética. Diario Hoy